En los últimos meses, la proliferación de scooters eléctricos basados en aplicaciones se ha convertido en una característica destacada en muchas de las principales ciudades del mundo. En teoría, ofrecen un modo de transporte conveniente, bajo demanda y accesible impulsado por electricidad, que, en general, se considera menos perjudicial para el medio ambiente que la gasolina tradicional u otros combustibles fósiles.
Sin embargo, la ecuación ecológica no es tan sencilla como parece. En el ámbito del impacto ambiental, determinar la verdadera ecología de una tecnología sobre otra requiere profundizar en varias preguntas clave. ¿Qué contaminación latente generan los patinetes eléctricos, ya sea durante su proceso de fabricación o mientras se cargan de electricidad? ¿Qué beneficios adicionales tangibles aportan en comparación con las tecnologías preexistentes? ¿Cuánto tiempo se espera que dure el scooter eléctrico y con qué eficiencia se puede reciclar al finalizar su ciclo de vida? En un análisis comparativo con modos de transporte establecidos, ¿son los patinetes eléctricos ecológicos?
El debate en curso sobre la superioridad ecológica de los diferentes modos de transporte se ha intensificado, particularmente con el aumento de la cuota de mercado mundial de los coches eléctricos. Los detractores argumentan que los coches eléctricos pueden ser más perjudiciales para el medio ambiente que los vehículos tradicionales impulsados por combustibles fósiles, señalando preocupaciones sobre la producción y el reciclaje de baterías de iones de litio, así como la extracción de metales raros y la producción de electricidad en regiones que dependen del petróleo o del carbón. cuadrículas.
Por el contrario, sus defensores enfatizan la naturaleza ecológica de los automóviles eléctricos, especialmente en términos de reducción de emisiones durante la fase de uso, particularmente cuando se combinan con energía descarbonizada de una red basada en energías renovables. En el panorama actual, respaldado por multitud de estudios científicos, existe un consenso cada vez mayor de que los coches eléctricos son, en general, más respetuosos con el medio ambiente que sus homólogos diésel o de gasolina.
Sin embargo, la evaluación del impacto ecológico se vuelve más compleja cuando se trata de scooters eléctricos. Dada la novedad de este fenómeno, sigue siendo un desafío obtener una perspectiva integral de todos sus impactos. Si bien la popularidad de los scooters eléctricos va en aumento, pocos informes han profundizado en esta compleja cuestión. Sin embargo, algunos estudios se han esforzado en evaluar la huella ecológica de los patinetes eléctricos, particularmente en el contexto de escenarios de uso compartido. Exploremos el estado actual del conocimiento sobre este tema en base a estudios existentes.
Desafíos en la ecología de los scooters eléctricos: revelando el dilema ambiental
El principal estudio exhaustivo que analiza las distintas fases de los scooters eléctricos es el publicado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Según los resultados de esta investigación, es posible que actualmente los patinetes eléctricos no se consideren un medio de transporte respetuoso con el medio ambiente. En términos de huella de carbono, los scooters emiten aproximadamente 202 g de CO2 por kilómetro y pasajero durante todo su ciclo de vida. Esto es comparable a un coche convencional y 3,5 veces más que un coche eléctrico.
Estos resultados se derivan de varios factores clave. En primer lugar, la fase de fabricación conlleva un peso importante, lo que requiere la construcción de una batería para cada scooter, que, a su vez, sólo permite transportar a una sola persona. Aproximadamente el 50% del impacto de carbono se atribuye a la producción del vehículo. El segundo gran desafío surge durante la carga de los patinetes eléctricos. El proceso implica recogerlos y reubicarlos para recargarlos, a menudo utilizando camiones que emiten CO2. Esto contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, constituyendo el 43% del total. En el gran esquema, la producción de energía representa algo menos del 5% del balance de gases de efecto invernadero de los scooters eléctricos.
Sin embargo, el problema fundamental de los patinetes eléctricos radica en sus patrones de uso. El estudio asumió una vida útil de aproximadamente 1 año para los scooters, lo que amplifica significativamente su impacto ecológico negativo. Dado que su uso principal es sólo de unos pocos cientos de kilómetros, los efectos negativos de las baterías no se diluyen lo suficiente. Por el contrario, los coches se utilizan durante varios años y suelen recorrer unos 200.000 km o más.
Además, los investigadores identificaron que la estrategia principal para mitigar el impacto ambiental de los scooters es extender su vida útil. Si los scooters se utilizaran durante 2 años, las emisiones se reducirían a 141 g de CO2 por kilómetro y pasajero (aún el doble que conducir un coche eléctrico). Sin embargo, las condiciones actuales del mundo real indican que los scooters eléctricos tienen una vida útil de menos de 1 mes (como se observa en Kentucky) debido a factores como roturas, eliminación en ríos o mantenimiento inadecuado. Por lo tanto, a medida que la movilidad compartida bajo demanda gana popularidad, es imperativo que los scooters eléctricos se utilicen de manera responsable para mejorar su longevidad y transformarlos en una alternativa genuinamente ecológica.
¿Son los scooters eléctricos ecológicos? Los scooters eléctricos representan un modo de transporte relativamente sostenible, pero existe un potencial sin explotar para hacerlos aún más respetuosos con el medio ambiente. Según Shaheen, tanto el sector público como el privado pueden contribuir a la sostenibilidad de los sistemas de uso compartido de scooters eléctricos mediante la implementación de estaciones de acoplamiento solares cuando sea posible. Utilizar fuentes de energía limpias o renovables para cargar scooters eléctricos e incorporar vehículos eléctricos para la distribución de scooters puede amplificar aún más su impacto ecológico.
La transición a vehículos eléctricos para tareas como reequilibrar y cargar patinetes eléctricos, junto con la adopción de fuentes de energía renovables, tiene la capacidad de reducir significativamente la dependencia de combustibles fósiles durante todo el ciclo de vida y los procesos operativos de los patinetes eléctricos. Sorprendentemente, la mayoría de las empresas de scooters eléctricos no han explorado en profundidad estas posibilidades. En 2019, Spin inició un programa piloto de 60 días, desplegando numerosas estaciones de acoplamiento alimentadas por energía solar en Washington D.C. y Ann Arbor. Sin embargo, los resultados de esta iniciativa aún no están claros.
Shaheen enfatiza el potencial de emplear estrategias de precios e incentivos para influir en el comportamiento de recogida y devolución, disminuyendo así la necesidad de reequilibrar frecuentemente la red de scooters. Esto se alinea con las recomendaciones del estudio de 2019, que aboga por distancias reducidas de recolección y distribución para mitigar la huella ambiental de los patinetes eléctricos. El estudio propone además el uso de vehículos más eficientes, prolongar la vida útil de los scooters y adoptar prácticas de carga menos frecuentes. Si desea obtener más información sobre los scooters eléctricos, visite ALEGRÍA.